Transparencia y participación ciudadana desde lo local

Autor: Oscar Zavala Gamboa

@OZavalaGamboa

Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM y de la Escuela Libre de Derecho.

En días recientes me encontré con un interesante ejercicio de transparencia y participación ciudadana, que vincula elementos y permite a los ciudadanos tener una participación activa en la construcción de esquemas de transparencia y rendición de cuentas, me refiero al Consejo de Transparencia, Consulta y Participación Ciudadana del municipio de Corregidora, Querétaro.
Dicho Consejo, encuentra su fundamento jurídico en el Reglamento de Transparencia y Acceso a la Información Pública de ese municipio, que resulta relevante, sobre todo por el cumplimiento de la encomienda para los ayuntamientos de aprobar los reglamentos, circulares y disposiciones administrativas de observancia general que “aseguren la participación ciudadana y vecinal”, tal como lo mandata el artículo 115, fracción II de la Constitución federal.
En términos del propio Reglamento, el Consejo es un órgano colegiado integrado por servidores públicos del municipio (cuatro integrantes del ayuntamiento) y miembros de la sociedad civil (tres consejeros ciudadanos honoríficos, provenientes de los sectores privado, social y académico), cuyo propósito es la revisión de las acciones implementadas en materia de transparencia y acceso a la información y, en su caso, promover políticas públicas que redunden en beneficio en estas materias.
Revisando las facultades de este Comité, contenidas en el artículo 22 del Reglamento, en mi consideración, la relevancia de este ejercicio es la posibilidad de permitir la participación ciudadana directamente con los sujetos obligados en materia de transparencia y rendición de cuentas; situación novedosa si consideramos que, generalmente, este tipo de participación se materializa en los órganos garantes por medio de consejos consultivos, cuando este ejercicio es un buen ejemplo de que se puede trabajar desde el interior de los responsables de detentar la información, lo que indudablemente redunda en la construcción de políticas de transparencia proactiva y gobierno abierto.
Sin lugar a dudas, el ejemplo reseñado es un buen referente para hablar de transparencia y participación ciudadana desde el ámbito local; faltaría indagar más para conocer cuáles han sido los resultados de este ejercicio y si verdaderamente se cumplen con los objetivos que se plantean, por lo pronto dejemos el beneficio de la duda y considerémosle como un proyecto que se puede replicar en otros municipios o mejor aún, en otros sujetos obligados de otros niveles de gobierno e incluso con otra estructura, como es el caso de las próximas alcaldías en la Ciudad de México.

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